El funcionamiento diario de las células produce una gran cantidad de toxinas. La piel, gracias a un sistema de transformación, recicla estas proteínas. Sin embargo, esta función se vuelve menos efectiva con el tiempo y las células ya no tienen la misma capacidad de regenerarse. Al proporcionar precursores biológicos para desencadenar la función de eliminación de toxinas de la piel, la célula se libera y se amplifica de forma excepcional su capacidad natural de autorregeneración.

“La regeneración celular es el ciclo de vida de tu piel. Ella tiene una historia, la tuya. La longevidad celular es su futuro.” Dra. Michèle Eymard. 

La piel más allá que una barrera mecánica, es un órgano de alta complejidad con múltiples capacidades de interacciones celulares y moleculares regulados de modo muy preciso. Compuesta por numerosos tipos celulares y estructuras interdependientes, actúa como una estructura unitaria de intercambio entre el interior y el exterior, dirige respuestas cruciales en relación con el medio ambiente y la epigenética. Toda la organización celular de la piel trabaja hacia un objetivo protector común de la que depende la viabilidad del funcionamiento normal del tejido cutáneo.